Palens 2.0

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Hay la versión corporativa, pero Oscar también tiene uno ‘personal’. Lo utiliza mucho-bastante. Pero con un uso particular, el denominado ‘Messenger style’. “Como hace años con Messenger, te paseas, te conectas, y te desconectas”. Explica con cierta nostalgia que ahora su perfil está muerto. Las 500 notificaciones de cuando tenía vida social quedan lejos. Ya no hay aviso para etiquetarse en fotos ni asistir a fiestas. Es lo que tiene el trabajar duro. ¿Última página? “Toda la competencia”, hay que tenerlo todo bajo control.

Hay dos vías para llegar a twitter: por curiosidad o normal;">¿Saben lo que es el pajarito azul? ¿No? Pues ábranse una cuenta y empiecen. Este es el caso de Oscar. No recomienda su propia cuenta: aún tiene el huevo y sólo habla de #diversitatFPT. Suponemos que es algo de la asignatura. Chico aplicado. ¡Eps! pero hay más. Tiene otra. Le cuesta decirnos el nombre. @pescadorcom. Se explica. “De pequeño me encantaba pescar, ahora queda muy mal visto, como muy tira-cañas, pero es en serio, me gusta la pesca”. Pescador o no, tiene dos cuentas, poca actividad, pero hay alguna foto.

[¡Inauguramos sección!] En tema fotografía con bonitos filtros ya es otra cosa. Aquí sí hay actividad. El 80% de las fotos son las gafas de sol Palens. Pero se lo perdonamos, porque son de lo más artísticas. Y sí, aquí también se hace llamar pescador, pero de verdad que le gustan mucho las cañas y el mar. Es en serio ¿no?

Dice que le sabe mal repetirse. Que no quiere parecer que siempre habla de lo mismo. Pero los blogs que sigue son sobre...¿adivináis? exacto, vela. Sigue dos concretamente, uno de una amiga suya que ha estado dos años dando la vuelta al mundo; y ahora el de su amigo Iñaki, travesía en la que tendría que haber estado él sino fuera porqué apostó por quedarse y tirar hacia adelante Palens. Confiesa además, que la universidad le obliga a estar en Tumblr, pero reconoce que anda perdido del todo en ese mar de bonitas fotos y textos.

¡Atención, atención! Ante nosotros tenemos un extraño ejemplar de aquellos de “no tengo spotify, no me gusta la música”. Sí señores, existe gente así. No hay que marginarles, reintegrémosles en la sociedad. Le preguntemos un ¡por qué! estridente. “No lo sé, me pones un cd de aquí a Sevilla, ha dado 10 veces la vuelta y no me he dado cuenta de nada”. Pero aquí viene la confesión, el trauma. “Creo que es porque mi hermano mediano le encantaba Alejandro Sanz y me traumatizó la música”. Como buen jefe que es, no hace feos a que pongan la radio en el taller “pero no me preguntéis quienes son los Manel”. Ah, pero sabe el nombre.

Contesta en medio segundo y sin dudar: digital y La Vanguardia. Queremos creer que el hecho que hayan publicado una entrevista suya recientemente no tiene mucho que ver. Confiesa que es de los “freakys” que cuelga noticias extrañas en Facebook de cualquier medio digital. Lo dicho, es muy de pescar en mares ajenos.