El hombre que jugaba con aplicaciones

Marc Cercós, 25 años, autodidacta






















En medio de la Avenida Diagonal hay una oficina muy particular donde parece que no existe el "estrés" y la media de edad no supera los 30 años. Y no, no son todo becarios. De las paredes cuelgan varios pósters gigantes de películas como Flight of the Conchords o Pulp Fiction. Hay dos puffs color rojo esturreados por el suelo al capricho de quiénes quieran que sean. Y vale, pongamos que hay sillas convencionales -pero solo las necesarias- ante una fila de Macs que visten impecables con post-it y notas. Pero por lo demás: sofás, balones de fútbol, videoconsolas, neveras, pizarras, rotrings de colores y una pared con cuatro relojes mundiales emulando la bolsa de Wall Street, aunque a pequeña escala y en versión ultra-informal.
Nos encontramos en la sede de FEVER, una empresa creada por un prodigio de 19 años, Pep Gómez, que está desarrollando una red social para contactar y conocer gente. A lo Facebook, pero sólo de ocio. La oficina, quién también fue el mismísimo punto de encuentro de los creadores de SeriesYonki, está plagada de jóvenes emprendedores que, como Marc Cercós, se dedican a crear, desarrollar y diseñar programas web o aplicaciones. Oséase, lo que se cuece en las paredes de FEVER es lo más próximo a Sillicon Valley que hay en Barcelona. Jóvenes locos con ansias de crear, "freakys" -lo reconoce Marc Cercós- que dedican su tiempo a jugar con cacharritos y dominar la tecnología. "Yo nunca me he considerado un emprendor, para mi es un juego. Yo a lo mejor estoy en un concierto y estoy dándole vueltas a la cabeza a algo... yo no pienso en chicas, pienso en aplicaciones", dice sonriendo, aunque luego deja claro que también piensa en chicas.
Marc Cercós tiene 25 años recién cumplidos y siempre ha "jugado" así. No ha ido a la Universidad, tampoco ha acabado el bachillerato. Sólo hizo un curso de formación durante un año en Madrid en Vostock Studio, de Javier Cañada (uno de los miembros más activos en diseñadores de interacción). A pesar de todo, ahora tiene acciones repartidas en diferentes proyectos, mueve y dispone del dinero que él mismo ha creado (o tiene intención de) y se codea con inversores internacionales que apuestan por sus ideas. "Cuando dije a mis padres, con 17 años, que quería crear una empresa y no pensaba estudiar, me trataron de loco y me dijeron que estaba empezando la casa por el tejado, que me dejara de tonterías".
Pero continuó con las tonterías. Y aquella "tontería" resultó ser eyeOS, el proyecto conjunto del que -antes- formaba parte junto con Pau Garcia-Milà, un programa para compartir documentos que ahora resulta ser uno de los más cotizados y que les ha dado prestigio y fama entre el mundillo de 'nerds sobresalientes' de la informática. La cosa no acaba aquí, Marc decide abandonar eyeOS por motivos personales y por necesidad de cambio, así que se lanza a la aventura con un nuevo proyecto personal, 'Archy', aun en versión beta, pero que pretende optimizar la herramienta de Google Docs... (¡¡bendito sea!!) y, por si aún le sobraba un poco de tiempo a este NO ni-ni sin estudios y 100% autodidacta, decide meterse para colaborar en la aventura de FEVER de la que hoy forma parte.
Y aquí está. Intentando dar forma a un producto que hace apenas 4 meses que ha arrancado formalmente. Él admite que le suelen llamar "loco y freaky", pero parece importarle muy poco. Es de esa clase de gente-búho que maquina por las noches, y se va a dormir, de media, entre las 02:00 o las 03:00 am. Defiende, por decirlo de algún modo, la "liberalización horaria" en su dimensión más individual: "A ver si yo me quiero acostar un día a las cuatro y no madrugar al día siguiente, quiero poder hacerlo", dice convencidísimo, mostrando su rechazo total hacia las restricciones horarias que tenemos/sufrimos el resto de mortales. Con 25 años dice que le cuesta un mundo imaginarse trabajando para alguien que no sea él.

Marc, aunque introvertido por fuera, habla con soltura de lo que es suyo y le divierte, y muestra con su iPhone y muchísimo orgullo paterno el proyecto que más le motiva e ilusiona, 'Archi'. “Algún día quiero ir a Silicom Valley, es una meta, por supuesto”. Aboga por emigrar de España (sí, otro más) porque dice que, a nivel de tecnologías, aquí no se respeta nada. 

Nos despidimos, a regañadientes, ya que una vez dentro, salir de ese despacho no es tarea fácil.  A lado y lado tienes cosas para embobarte, cifras y esquemas y flechas para no entender nada. Antes de salir nos cruzamos con el más joven de la plantilla, que se nos queda mirando sonriente mientras chuta un balón y recoge sus cosas. Tiene 17 años y vive en San Francisco. Delante de la puerta, un montón de camisetas y sudaderas de colores con la marca FEVER y revistas de tecnología amontonadas encima de una mesita. Salimos de la oficina, sin quitar la vista de nada y reteniéndolo todo, y con esa sensación de estar cruzando, más que la puerta, el charco. Y, de nuevo, vuelta a Barcelona, a la que conocemos.

2 comentarios:

Anònim ha dit...

Buena foto!!!!!
Felicitats Marc, si mes no has estat mol valent per sortir del cami "normal" i veure clar el que volies aconseguir!!!
Ufffff, quin ensurt... Menys mal que aixo torna a estar en marxa!!!!
Felicitats noies

Gemma

Alba ha dit...

Vale periodistes! Ja tocava una nova actualització!
Què crack aquest noi! Jo també vull treballar a FEVER. Este mundo sin reglas ni madrugones me gusta.

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